sábado , abril 20 2024

Libera Tu Casa de Gérmenes

¡Fuera gérmenes!

La cocina, el salón, el baño y el dormitorio son las estancias con más microorganismos “camuflados”. Te cuento cómo evitarlos con los mejores trucos. Toma nota y haz que tu casa ¡sea mucho más sana!

Al contrario de lo que habitualmente pensamos, el baño no es la estancia de la casa que tiene más gérmenes. Los microorganismos –mohos alergénicos, virus y bacterias como el virus de la gripe o la salmonela, entre otros– pueden proliferar en cualquier espacio de la vivienda, desde la cocina hasta el salón y los dormitorios. Para vivir y multiplicarse, los gérmenes solo necesitan que se den las condiciones adecuadas: una humedad y una temperatura elevadas. Los rincones con polvo o restos orgánicos de comida también favorecen su proliferación.

Elige con cabeza 
los productos de limpieza

La única medida válida para evitar los gérmenes es extremar la higiene doméstica. Lo ideal es utilizar detergentes suaves o productos caseros, como el vinagre, el bórax, el limón y aceites esenciales antisépticos (eucalipto, limón, geranio…). Los detergentes con ingredientes químicos antibacterias no son mucho más eficaces y contienen ingredientes (como el triclosán) que pueden eliminar algunas bacterias, pero también favorecen la aparición de otras.

La cocina,
 foco de infección

Estropajos y bayetas esconden infinidad de gérmenes, porque recogen bacterias que se encuentran en los alimentos y les ofrecen un ambiente donde multiplicarse. Lo ideal es que, después de cada uso, enjuagues bien las bayetas y estropajos y los cuelgues para que se sequen. Una vez a la semana, llena el fregadero con agua templada y deja la bayeta en remojo, con un poco de detergente y un chorrito de limón. Al cabo de 10 minutos, escurre la bayeta, enjuágala y ponla a secar. Otros puntos críticos de la cocina son el fregadero, la campana y la puerta del frigorífico. El fregadero puede acumular restos de comida: friégalo a diario y tira un chorro de vinagre por el sumidero. La campana acumula grasas: lava los filtros en el lavavajillas una vez a la semana. Y la puerta de la nevera tiene gérmenes por el contacto con las manos: pásale un trapo cada día.

Lo que más se ensucia en la cocina

Fregadero 
Su nivel de “contaminación” es muy superior al de los lavabos. Lo más importante es que no queden restos de alimentos. Límpialo a diario con una mezcla de 25 ml de bórax y 1 litro de agua caliente.

Estropajos Hiérvelos 10 min o lávalos en el lavavajillas en un ciclo con secado. Haz lo mismo con esponjas y bayetas. También puedes ponerlos, muy húmedos, 2 min en el microondas, a máxima potencia.

Paños 
No utilices los mismos dos días seguidos, son un gran foco de gérmenes. Lávalos a más de 60 °C sin lejía.

Tablas 
Usa tablas distintas para la carne y el pescado y otra para las verduras. Límpialas justo después de usarlas, con vinagre o alcohol.

Cuidado con los móviles, mandos y teclados de ordenadores

En teclados, tabletas, mandos a distancia y teléfonos se multiplican los virus y las bacterias. Para limpiarlos, utiliza una mezcla al 50% de agua destilada y vinagre blanco. Humedece un paño de microfibra en esta solución y frota las superficies de plástico y metal. También puedes utilizarla para limpiar los tiradores de los cajones, los mandos de los electrodomésticos, así com los interruptores.

En el baño, no sólo importa el inodoro

Además de limpiar a diario el inodoro con un producto antibacteriano, ten la precaución de bajar siempre la tapa antes de tirar la cadena, ya que las bacterias también se propagan por el aire. Ventila bien el baño y, una vez a la semana, vierte un poco de vinagre por la tuberías. El cepillo de dientes es un gran foco de bacterias, ya que entra en contacto con virus por la boca (por ejemplo, el de los resfriados) y se suele guardar mojado. Límpialo bien tras cada uso y asegúrate de que está seco. Limpia y seca también el recipiente donde los guardes y renueva el cepillo al menos cada 3 meses.

¡Cuidado con el jabón en pastilla!

Después de lavarte las manos, enjuaga con
agua la pastilla de jabón para que no se quede la espuma con restos de suciedad de tus manos.
Si puedes, sustituye las pastillas por dosificadores de jabón líquido, que acumulan menos bacterias. Límpialos a fondo antes de rellenarlos.

Desinfecta 
los pomos de las puertas

Por el contacto continuado con las manos, son una de las principales vías de contagio. Pon dos gotas de aceite esencial de eucalipto o tomillo sobre un paño húmedo y limpia con él los picaportes y las manillas de las puertas. Además de desinfectar, dejarás un aroma agradable en la casa.

La cama 
sin virus, ácaros ni bacterias

En la ropa de cama no solo hay ácaros que favorecen las reacciones alérgicas, sino virus y bacterias que se transmiten por el contacto con la piel. Para controlarlos y evitar que se propaguen, lava las sábanas una vez por semana a una temperatura de 30-40 °C y después usa la secadora. También puedes tender la ropa al sol, que es un desinfectante natural y muy eficaz.

Puntos críticos

La humedad provoca que virus 
y bacterias se propaguen. También el contacto con nuestra piel, sobre todo las manos, y la suciedad y el polvo en general.

Limpia: Quita el polvo y pasa un paño con unas gotas de aceite esencial por las superficies. Desinfecta esponjas y bayetas cada semana y pomos y grifos, a diario.

Seca: Pon a secar, después de
cada uso, todas las toallas y los trapos y bayetas. Si se quedan húmedos, provocan que los gérmenes se multipliquen.

 

 

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