Llevas mucho tiempo dándole vueltas a ese asunto. Vas soportándolo como puedes,vas demorándolo, pero dentro de ti sabes que las cosas no van cómo deberían, que desde hace bastante tiempo algo se rompió dentro de ti y no consigues encontrar las razones que te den ese impulso que necesitas para luchar por la relación. Y es que cuando aparece la desilusión en la vida de pareja,por el motivo que sea, ya nada vuelve a ser como antes. Ahora ya depende de si tenéis miedo a la soledad o de cuales sean vuestras expectativas de futuro. Conformismo o superación.
Aquí os voy a dejar una serie de motivos por los que,según expertos en terapia de pareja ya no merecería la pena seguir peleando por vuestra relación:
– Cuando te sientes totalmente controlada por tu pareja, te rastrea el teléfono, te husmea el correo, te llama sin razón sólo para controlarte… El control excesivo es insano.
– Si el aburrimiento se ha instalado en tu vida de pareja. La monotonía causa estragos, y hacer siempre las mismas cosas le va quitando pasión a la vida. Se resiste a tiempos cortos, pero si ya lleváis años estancados y tampoco te apetece cambiarlos por pura desidia….mala señal.
– Si te sientes infravalorada por él, apaga y vámonos. Esto es aplicable también a ellos. Nadie es más que nadie ni debe soportar que se le critique cómo hace las cosas, si no te parece bien, se deja y punto.
– Si tu pareja está lleno de traumas por su pasado. En tal caso, si no eres terapeuta, por más que quieras ayudarlo a superar sus problemas de antaño , será casi imposible que lo consigas (por mucho amor que le tengas o que hagas lo que él te pida). Lo razonable es asumir que necesita ayuda profesional. Y aún así siempre se arrastran..
– Si piensas que si cambiara en ésto o aquéllo sería el hombre ideal. No,chicas, no es lógico, nadie cambia. Todos tenemos unos defectos y unas virtudes de serie, si él tiene cosas con la que es imposible que puedas llevar una feliz existencia, planta cara y pon el punto final a esa historia.
– Al mínimo signo de violencia física, verbal o psicológica zanja el tema. No merece la pena.
– Si no te gusta su actitud ante la vida, su negatividad, su pesimismo exacerbado, su derrotismo, el que vaya de víctima cuando se siente perdido.¡ No ! eso es un arma de doble filo y no se puede luchar contra esa condición. Si tú eres positiva y enérgica nunca vas a poder cuadrar con alguien que no reúna tus mismas virtudes.
– Si has perdido las ganas de tener relaciones sexuales con él y piensas que quizás con tratamientos y esfuerzo vas a lograr recuperarlas, estás muy equivocada. Cuando se muere la ilusión, se muere el deseo, y ya no regresa. Es duro, pero cierto. Comprobadísimo.
– Si aprecias en él problemas psicológicos. Si padece de un trastorno obsesivo y cree que las cosas tienen que hacerse siempre a su manera. Muchas veces los obsesivos requieren tratamiento psicológico o psiquiátrico pero no lo aceptan. Casi nunca acceden a ello.
– Si detectas que tiene adicciones que son insanas, tal y como beber en exceso , drogarse o ver asiduamente páginas porno. Todo en exceso es patológico. No nos vale.
– Si te hace sentir culpable por todo (no hay una razón concreta). Consigue que desarrolles ansiedad, miedo, estrés y, por más que hagas, siempre hay una pretexto para sentirte responsable del mal funcionamiento de la relación. Tú no eres la culpable. Es obvio que éso está en las últimas.
– Si estás con él solo por miedo a la soledad, al “qué dirán” o por dependencia emocional. Busca todo tipo de información sobre relaciones adictivas, destructivas y dependientes. Documéntate, pide ayuda y verás que podrás salir de ese vínculo al que, hoy, te sientes atada de forma irremediable.
– Si pretende cambiar tus ideales.
– Si impone su criterio a la hora de tu vestimenta.
– Si te fuerza a hacer cosas que no te apetecen.
-Si te utiliza para resolverle sus problemas.
-Si te prohibe tener tus amigos y que veas a tu familia cuando te apetezca.
– Si critica a todo tu entorno sin cortarse.
– Si lo has visto manifestar algunas expresiones verbales o acciones violentas en contra de seres vulnerables e indefensos como pueden ser los niños o animales.
– Si te ha mentido, aunque sea en cosas que consideres “tonterías” (recuerda, nunca lo son). Aquí también entra el hecho de que omita explicarte cosas importantes.
– Si ha demostrado deslealtad hacia tu persona, ya sea divulgando cosas íntimas tuyas, o algún secreto que le hayas confiado de alguien cercano.
– La falta de respeto. Si se burla, te humilla, te llama con apodos que te incomodan, si demuestra petulancia, soberbia o desprecios a tu persona, ya sea en público o en privado. Imposible soportarlo.
-Cuando pierdes la esperanza en el futuro. Al caer en el desenamoramiento, vislumbras cosas positivas y un futuro prometedor pero en el que su figura no tiene cabida.
– Por decepción. Es complicado aceptar que la otra persona no es lo que pensábamos. Aunque debemos ser conscientes que el tan magnificado y divulgado Príncipe Azul solo existe en los cuentos.
-Diferencias en formas de ser o metas vitales. Por ejemplo, cuando las parejas tienen todo centrado en los hijos, pero no en ellos mismos, generalmente se separan cuando crecen los hijos.