No todo en esta vida son fármacos ni brebajes para curar nuestras dolencias. Con algo tan simple como es la música se logran resultados sorprendentes en muchas patologías.
Hoy voy a hablaros un poco de este tema:
La terapia musical es capaz de mejorar dolencias tan delicadas como el alzheimer, pero también resulta muy útil para abordar problemas más cotidianos: estrés, insomnio, ansiedad o depresión, entre otros. “Existen falsas creencias de que la musicoterapia sólo es para gente enferma, niños con discapacidad o abuelos institucionalizados -explica la musicoterapeuta Cecilia Barrios– pero esta afirmación está lejos de la realidad: absolutamente todos tenemos algo que limpiar o sanar”. “La música te lleva al pasado, a estar en el presente o te transporta al futuro. Te pone en movimiento o en calma y te hace llorar, reír, sentir miedo, detectar el peligro, conectar con tu rabia o amar”, dice la musicoterapeuta Cecilia Barrios.
La musicoterapia es válida tanto para los más pequeños como para lo que no lo son tanto, por lo que cualquier periodo vital puede ser bueno para probarla. Además, no es necesario tener habilidades musicales, tal y como comenta Barrios: “La habilidad y el talento los debe de tener el musicoterapeuta para extraer y promover el propio ser musical de las personas que llegan a su consulta, con las variedades propias de cada individuo, edad y situación particular”.
Más allá del uso de la música como herramienta terapéutica, esta disciplina también atrasa el envejecimiento de las neuronas. Así lo expuso un estudio de la Universidad de Northwestern de Estados Unidos, en el que se demostraron los resultados positivos de la música en el cerebro. Éste, sin embargo, no es el único beneficio:
- Ayuda a dormir: escuchar música de baja frecuencia relaja el organismo y favorece el mecanismo del sueño.
- Reduce el dolor: liberamos endorfinas que actúan como analgésicos naturales.
- Aumenta el rendimiento: actúa como estimulante y hace crecer la productividad.
- Buena para el corazón: la música suave reduce la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
- Mejora la memoria: favorece la liberación de dopamina, una hormona que cumple funciones de neurotransmisor en el sistema nervioso central y que está relacionado con la motivación, el aprendizaje y la memoria.En otros estudios se ha encontrado que la música incide directamente en el fortalecimiento del sistema inmunológico, esto debido a la actividad del cerebro que se presenta, al bienestar que se puede sentir, así como el decremento de los niveles de ansiedad. De hecho se encontró que escuchar música durante sólo quince minutos podría aumenter los niveles de una familia de proteínas asociadas con la sangre y la producción de plaquetas, estimulación de linfocitos y la protección celular contra el SIDA, el cáncer y otras enfermedades.
La música puede fortalecer el sistema inmunológico
También se ha encontrado que escuchar música mientras hacemos deporte nos puede ayudar a “confundir” a nuestro cerebro y anular sus constantes señales de fatiga que envía lo cual desembocaría en detener la actividad. El ritmo que utilicemos para hacer ejercicio puede resultar beneficioso. De hecho se encontró en otro estudio que los ciclistas que escucharon música requirieron un 7% menos de oxígeno para hacer el mismo entrenamiento que los ciclistas que lo hicieron en silencio.
¡Así que ahora mismo voy a ver si me relajo un poco!
¡Música maestro!