Según los últimos estudios estadísticos que se han efectuado, estos son los parámetros en los que nos movemos las féminas a la hora de fijarnos y seleccionar a un hombre como posible compañero de vida:
Tiene que ser alguien que aporte estabilidad a la relación, que sea muy divertido y confiable, romántico en la cama, y a poder ser de la misma región geográfica que nosotras, la diferencia máxima ideal de edad estaría situada en torno a los cinco años, siendo él mayor. Así lo ha definido una web especializada en contactos para mujeres, la pareja ideal con la que sueñan hoy las mujeres españolas. No es el único estudio que en los últimos tiempos se esfuerza en dibujar las preferencias femeninas en materia de hombres: la llegada a España de las webs de contactos ha multiplicado por mil el número de encuestas en torno a los asuntos amatorios. Gracias a dicha proliferación estadísitica determinamos, por ejemplo, que le damos a la confiabilidad la mayor puntuación cuando se trata de elegir pareja. Nada menos que un 44% de las mujeres considera esta característica -que es sinónimo de complicidad y fidelidad, en el sentido más amplio- el principal rasgo que describe a su pareja perfecta.
El atractivo que genera la confianza, está relacionado hoy con el hecho de que la mujer busca seguridad, y que el hombre se sacrifique tanto por la comunidad familiar como ella, de forma que la vida en pareja sea compatible con la realización y el reconocimiento personal. Queremos un hombre que no nos deje en la estacada, que cumpla sus promesas de colaboración y que se comprometa con el proyecto de pareja y familia.
En segundo lugar, con un importante 29%, se encuentra el sentido del humor. Porque un buen chiste hace la vida más fácil, este porcentaje de mujeres solicita que su pareja ideal sea divertida. Esta gran importancia que otorgamos a la risa es una característica universal, aunque las mujeres estadounidenses se la toman mucho más en serio: hasta un 86% de las mujeres del país norteamericano, según un estudio llevado a cabo por Match.com, espera diversión de su imaginario compañero modélico.
El deseo de las occidentales por el sentido del humor, se explicaría por el hecho de que, cuando los engranajes del amor comienzan a rechinar ,nada como la risa para engrasarlos.
Puede que la pareja perfecta no exista, pero sí que tiene rasgos muy claros y definidos en la imaginación de las españolas. Y, aunque resulte contradictorio para el mito que nos acompaña desde tiempos inmemoriales, la pasión no es una de sus principales características. Raramente se llega al divorcio porque falle este factor. Muchas parejas nunca lo han sentido. De hecho, y según la encuesta, un 35% de las españolas prefiere el romanticismo bajo las sábanas a la pasión. Aunque también se revela que si no están satisfechas sexualmente buscan fuera lo que les falta, sobre todo a partir de los 35-40 años.
La mayoría de mujeres coincide en valores universales. En muchas de sus respuestas sobre las características del hombre que consideran perfecto como pareja, los valores que más se repiten son los de : cariñoso, responsable, trabajador, buen padre, excelente conversador, apasionado y con iniciativa apunta el psicólogo Alberto Hidalgo, autor del libro Psicología y Seducción. Ninguna mujer en su sano juicio te dirá cosas tan disparatadas como que su hombre perfecto es alguien huraño, irresponsable, mal padre, sin iniciativa. En cualquier caso, aunque encontráramos al varón que los reuniera en la cantidad justa, existe otro factor aún más decisivo, que está más allá de las características de su personalidad o de otras variables como la educación, raza, procedencia geográfica, las creencias religiosas, la cultura, etc. Este requisito radica en que su proyecto vital coincida o se complemente con el de su cónyuge.
De nuestro hombre se esperan ‘caricias’ verbales -apoyo moral, agradecer y pedir perdón- y físicas (desde un roce de manos hasta el sexo). Y también detalles y regalos.
En efecto, dos personas pueden tener personalidades muy compatibles pero fracasarán si sus proyectos de vida son muy distintos, si no se complementan. Una mujer que espere de la vida, principalmente, ser madre y disfrutar de sus hijos en un entorno estable, se equivocará escogiendo a un hombre cuya prioridad sea, por ejemplo, viajar y conocer diferentes países y culturas. Él será un hombre imperfecto para ella y viceversa, aunque ambos sean perfectos el uno para el otro como personas.
Por mucho que hombre y mujer se esfuercen en elegir a su pareja perfecta en base a criterios como el amor, la atracción física, gustos similares y valores compartidos, factores como la edad, la educación y el origen influyen mucho más en el éxito del matrimonio de lo que cabría pensar, afirma Emmanuel Fragnière, académico responsable de un estudio que tira por tierra el concepto de media naranja perfecta basado en valores como los anteriormente citados.
Basándose en la información recopilada, analizaron variables como la edad, educación, nacionalidad y las relaciones previas, y establecieron los factores que tenían en común las parejas que habían roto. Esto les permitió crear perfiles del matrimonio ideal, así como los de las parejas peor avenidas.
Se comprobó que, si él es cinco o más años más joven que ella, la pareja tiene tres veces más probabilidades de divorciarse que si sus miembros fuesen de la misma edad. Si por el contrario él es hasta cinco años mayor que la mujer , entonces la probabilidad de divorcio o ruptura es seis veces menor, una de las más bajas.
La educación también juega un papel fundamental según este estudio: las parejas donde ambos miembros han recibido poca formación académica tienen más probabilidades de romper, mientras que los que cuentan con más estudios son la mitad de proclives a ello.
Por otro lado, si la mujer posee más formación que el hombre, las probabilidades de que permanezcan juntos son ocho veces más altas que en una pareja sin estudios, y tres veces más altas que si fuera él quien hubiera hincado más codos. En cuanto a su estabilidad en base a relaciones anteriores, las parejas sin divorcios previos son las más seguras, pero las formadas por dos divorciados lo son casi tanto como las primeras. Las que más se tambalean son aquellas en las que uno de los dos miembros se ha divorciado de un matrimonio anterior.
Así pues, el compañero perfecto según Emmanuel Fragnière sería: un varón de aproximadamente 4/5 años más que su pareja, que tiene un poco menos de formación académica que ella y que lleva la misma mochila sentimental: o el mismo número de divorcios a sus espaldas, o ninguno.
Ahora sólo queda que lo encontremos , ¿dónde estará ? 🙂