“No sé qué me ocurre, sonrío a todo el que se cruza por mi camino y tengo ganas de ayudar a la gente, encuentro que la vida es un regalo maravilloso a cada paso que doy, veo a todo el mundo hermoso e incluso les intuyo de buen corazón, no desconfío de nadie y cuando camino tengo la extraña sensación de ir flotando entre algodones”.
¿Os suena de algo, o sigo?
Habéis conocido a alguien especial, no sabríais ni cómo describirlo porque todos los calificativos más estupendos que os vienen a la mente os parecen idóneos para él. Tenéis su mirada clavada a fuego y cuando recordáis vuestra última conversación hay un millón de mariposas que revolotean por vuestro estómago. No ha pasado aún nada, sólo habéis coincidido unas cuantas veces y te has sentido muy a gusto con él.
Ahora todo son dudas, preguntas como ,¿ le gustaré ? ¿llegaremos a tener algo? ¿ me llamará o contactará conmigo a través de alguna red? se agolpan en nuestra mente con afán persecutorio.
Nos asalta la emoción de lo que no ha empezado, de la incertidumbre total, de lo que él pensará de nosotras, de cuándo dará alguna muestra clara de su interés, o incluso de si sería bueno que fuésemos nosotras las que demos el pistoletazo de salida y que salga el sol por donde quiera…
¿Sabéis perfectamente qué os sucede, verdad? Los mecanismos del Amor han empezado a causar efecto y a hacer mella en vosotras y pase lo que pase lo que tenéis que hacer es disfrutar de esas sensaciones únicas y maravillosas que produce el Amor. Porque por suerte o desgracia no son eternas….
Disfrutarlas al máximo porque gracias a ellas generamos una energía tan positiva que nos va a dar el impulso para hacer todo lo que nos propongamos durante al menos un par de años, en caso de ser correspondidas, lógicamente. Y producimos endorfinas en cantidades industriales lo cual nos beneficia para un montón de cosas.
Las emociones resultan de la actividad del sistema nervioso y son necesarias para la supervivencia del individuo, de acuerdo a publicaciones científicas. Este mecanismo se ha desarrollado posiblemente desde la evolución de los mamíferos para escoger la pareja de su preferencia.
Los resultados de los estudios variaron según los casos de cada participante, por ejemplo, quienes habían estado enamorados por más de 8 meses tuvieron una mayor actividad en el área cortical relacionada con la cognición y las emociones.
Se concluye que cuando estamos enamorados, nos encontramos en un estado de motivación por la otra persona, que se traduce a nivel biológico en mayor concentración por el “objeto del afecto” a través del sistema de recompensa, que activa posteriormente otras sensaciones en el cerebro.
Este funcionamiento influirá de manera importante en las conductas sociales que tienen consecuencias reproductivas y genéticas.
El transcurrir de la vida te enseña a canalizar mejor todas esas emociones, porque cuando somos adolescentes no sabemos disfrutar de lo maravilloso del enamoramiento, lo materializamos en dolor, en preocuparnos por tonterías, en cambio cuando el Amor nos sorprende en edades adultas es mucho más placentero y más sereno, y como además sabemos que todo tiene su fin lo aprovechamos mejor y le sacamos mucho más jugo.
Yo sólo puedo deciros que el Amor es para disfrutarlo, en la medida que podamos o nos dejen, de modo que si habéis conocido a una persona especial que os ha despertado algo nuevo, no dudéis en mover vuestras fichas y que el juego os sea favorable, pero si no fuera así nada de rendirse ni deprimirse , a seguir regalando sonrisas al mundo y a ser felices que en el mar hay muchísimos peces.