Las nuevas tecnologías han incorporado innumerables ventajas a nuestra vida cotidiana o laboral, pero también han traído nuevas patologías.
¿Cómo se define la adicción a las TIC?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la adicción es una enfermedad física y psicoemocional que crea una dependencia o necesidad hacia una sustancia, actividad o relación. Las Tecnologías de la Información y la Comunicación, (TIC), son el conjunto de tecnologías desarrolladas para gestionar información y enviarla de un lugar a otro. Las de uso más común y cotidiano: Internet y teléfonos móviles. Por lo tanto, se podría definir la adicción a las TIC como su uso compulsivo, repetitivo y prolongado con incapacidad para controlar o interrumpir su consumo y con consecuencias sobre la salud, la vida social, familiar, escolar o laboral.
¿ Cuántos tipos de adicción existen?
Las más extendidas, y conocidas porque nadie oculta su uso, son la dependencia a las redes sociales, al WhatsApp y a los videojuegos de rol. También el Infosurfing ( navegar por la red sin un objetivo claro de búsqueda),la pornografía, compras compulsivas online ( Oniomanía, los juegos de azar ( Gambling) y la infidelidad online, entre otros, tienen secuestrados a un gran número de incondicionales que crece vertiginosamente día a día. Dado que el acceso a estas actividades se produce a menudo a través del móvil, la Nomofobia (pánico a no disponer del móvil) refleja esta mezcla de dependencias, sobretodo entre los más jovencitos.
¿ Cómo se detecta?
No hace falta ser experto para descubrir con la simple observación que determinadas conductas pueden ser indicadores de una posible “adicción” a las TIC:
• Cambio de comportamiento: Inquietud, impaciencia e irritabilidad, especialmente cuando no se puede tener acceso al medio adictivo.
• Aislamiento y confinación. Merma importante en la comunicación. Deterioro de las relaciones más cercanas.
• Alteración del curso normal de la vida para usar las TIC (no ir al colegio, al trabajo,
• Justificación del tiempo excesivo utilizado al respecto.
• Abandono de otras actividades, especialmente si antes eran especialmente gratificantes.
• Incapacidad de controlar voluntariamente el uso.
• Mentiras-engaño para llevar a cabo a escondidas las actividades adictivas.
• Cambio de hábitos de sueño o alimentarios.
Es mejor prevenir o curar?
Siempre el mejor tratamiento es la prevención. Por tanto los esfuerzos deberían ir orientados a:
• Educar desde la infancia en la autorregulación del placer inmediato y en la tolerancia a la frustración.
• Educar desde los primeros contactos con las TIC un uso adecuado y controlado.
• Regular los tiempos de utilización de las tecnologías. Condicionar tiempo de estudio u otras actividades al tiempo para utilizar el móvil o el ordenador.
• Fomentar el desarrollo de otras actividades lúdicas (deporte, lectura, actividades al aire libre, aficiones, etc)
• Potenciar los contactos sociales presenciales sin el uso concurrente del móvil.
• Evitar el uso compulsivo: no consultar el correo o chat constantemente, no responder a los mensajes o llamadas perdidas inmediatamente.
• Educar en el uso de Internet como fuente de información y formación
• Autorregular las web o las aplicaciones utilizadas y/o el tiempo invertido en ellas.
• Reflexionar si el exceso de uso es por carencias de tipo interpersonal.
¿ Tiene cura y tratamiento ?
Como en cualquier otro proceso adictivo, hay que seguir un tratamiento centrado en un cambio de hábitos y actitudes y en un control de los impulsos. Aprender a detectar, analizar, afrontar y manejar los deseos de consumo. Tratar aquellos síntomas, generalmente en el área psíquica, consecuentes a la abstinencia, como la ansiedad o un estado de ánimo bajo. Conseguir una modificación de la conducta, de las prioridades y del estilo de vida. Aprender a resolver los conflictos interpersonales y afrontar la vida con unos valores personales apropiados. Desarrollar una autodisciplina para la consecución de nuevas metas y para evitar las recaídas. Reemplazar la conducta basada en lo que me gusta por lo que me conviene. La incorporación a terapias de grupo puede ser muy adecuada en este tipo de trastorno.