Casi todo el mundo ha pasado en alguna ocasión una situación de duelo por haber roto una relación sentimental. Se sabe que hay unas cuantas fases que superar y una vez se pasan todas se puede decir que uno está curado de ese daño.
1 .La fase primera es la de la Confusión, tú sabes perfectamente que si los dos hubieseis sentido el mismo compromiso, y vuestros sentimientos hubieran sido exactamente los mismos, las cosas hubiesen podido funcionar. Pero ya se acabó y hay que tirar para delante.
En esta etapa tienes la ilusión de que mágicamente esa persona se arrepienta y regrese a tus brazos para volver a empezar un romántico amor de película. Y por dentro crees que pasará, lo sigues viendo como un ser divino que tomó una mala decisión.
2. En la segunda fase, la persona en cuestión no mostró arrepentimiento alguno, es más, parece que su vida fluye de manera tranquila y tú, tú ya entendiste que la ilusión de regresar no pasará, te das cuenta de que tienes que empezar a abrir los ojos a la realidad.
Depresión, esta es la etapa de la desilusión, la tristeza, el no entender qué sucedió, y el saber que esa persona decidió alejarte de su vida te pone realmente mal. Sientes el corazón roto y hasta físicamente te duele. Parece como que caes al vacío.
3. En esta tercera viene el coraje, un enfado desmesurado con aquella persona que te despreció, la rabia de haber dado el todo por el todo y te hayan abandonado, sigues sin entender el porqué, pero empiezas a mirar un poco por ti.
Esa ira, para bien o para mal, te levanta. Te empiezas a secar las lágrimas y empiezas a buscar actividades que te hagan sentir mejor, a hacer cosas nuevas, quieres renovarte totalmente.
4.Llega la cuarta: vas avanzando, poco a poco dejas de sentir el desconsuelo, la tristeza, el enfado y le dejas de dar importancia al “por qué”, empiezas a darte cuenta que tal vez eso es lo mejor para ti, te das cuenta de muchos signos que indicaban que no erais el uno para el otro.
5. En la quinta etapa por primera vez respiras, has estado luchando por salir adelante y ha dado sus frutos. Aprendes a valorarte, a amarte más, gracias a esta terrible experiencia has madurado mucho. Esa persona deja de convertirse en tu enemigo/a para ti.
6. Aprecias tu momento de soltero/a, ahora sabes qué quieres en tu próxima relación, qué te gusta, qué no, y te das cuenta que caerse es parte de la vida y que levantarse es todavía mejor.
A esa persona ya no le guardas ningún rencor, sigue y seguirá siendo parte sólo de tu pasado, y entiendes que te ayudó a crecer y a madurar.
7. Cuando menos lo esperas,ya estás libre de un corazón enfermo. Te sientes feliz, pleno, el vago recuerdo del pasado ya no molesta ni duele más, y aquella cicatriz te recuerda no lo que sufriste, si no, lo fuerte que ahora eres.
No existe una fórmula mágica o un momento exacto. El tiempo lo cura todo, sé paciente.
Pero no cometáis el enorme error de insultar gratuitamente a las personas que han compartido vuestra vida durante algún tiempo, porque eso es sinónimo de ser muy frágil mentalmente y lo único que conseguís es que la otra persona se alegre muchísimo de haber tomado la decisión de romper.
Hay que tener dignidad y amor propio y saber aceptar ese tipo de situaciones que nos plantea la vida.